La consistencia es una propiedad del suelo que se refiere a su estado físico y su resistencia al cambio de forma bajo la aplicación de fuerzas.
Se utiliza para describir la facilidad con la que un suelo puede deformarse o fluir.
La consistencia del suelo puede variar desde suelos sueltos y granulares hasta suelos cohesivos y plásticos.
Existen diferentes términos utilizados para describir la consistencia de los suelos:
- Suelo suelto: se refiere a un suelo con partículas poco compactadas y con una baja resistencia al corte. Es fácilmente deformable y puede fluir bajo la aplicación de fuerzas.
- Suelo firme: se refiere a un suelo con partículas más compactadas y una mayor resistencia al corte en comparación con un suelo suelto. Es menos deformable y tiene una mayor capacidad de soporte.
- Suelo cohesivo (mejor llamarlo suelo de grano fino): se refiere a un suelo con partículas finas, como arcillas, que tienen una alta cohesión y resistencia al corte. Estos suelos tienden a ser plásticos y pueden mostrar comportamiento viscoso.
- Suelo plástico: se refiere a un suelo cohesivo que puede ser moldeado y mantener su forma después de ser deformado. Estos suelos tienen una alta plasticidad y pueden ser modelados en diferentes formas.
La consistencia del suelo es una propiedad importante en la geotecnia, ya que afecta la estabilidad de las estructuras y la capacidad de carga de las cimentaciones.
Se puede determinar mediante pruebas de laboratorio, como el ensayo de límites de Atterberg, o mediante observaciones visuales y táctiles en el campo.