En geotecnia, la compactación se refiere al proceso de aumentar la densidad de un suelo o material granular mediante la aplicación de fuerza mecánica.
La compactación es fundamental para mejorar la resistencia y la capacidad portante del suelo, así como para reducir su capacidad de deformación. Existen diferentes métodos de compactación, como el impacto, la vibración o la presión estática. La elección del método dependerá de las características del suelo y del objetivo del proyecto.
Es importante tener en cuenta que no todos los suelos pueden compactarse de la misma manera. Los suelos granulares, como la arena y la grava, son más fáciles de compactar que los suelos cohesivos o arcillosos. En estos últimos casos, puede ser necesario utilizar técnicas especiales, como la adición de aditivos o la aplicación de carga estática durante un período prolongado de tiempo.
Es recomendable realizar pruebas de compactación en el laboratorio para determinar la densidad máxima alcanzable y la humedad óptima para la compactación. Estos parámetros son importantes para asegurar que se cumplan las especificaciones de compactación requeridas para el proyecto.