En minería, el macizo rocoso se refiere a la porción de roca en la que se desarrolla una excavación o una estructura minera.
Es la masa de roca que rodea y soporta la excavación y es de vital importancia para la estabilidad y seguridad de la operación minera.
El macizo rocoso puede estar compuesto por diferentes tipos de roca, como caliza, granito, basalto, entre otros, y su resistencia, fracturación y características geomecánicas influyen directamente en el diseño y la estabilidad de la excavación.
El conocimiento del macizo rocoso es fundamental para la ingeniería geotécnica en minería, ya que permite evaluar la calidad del terreno y predecir su comportamiento ante diferentes condiciones de carga y esfuerzos.
Se realizan estudios de caracterización geomecánica para determinar parámetros como la resistencia a la compresión, la resistencia al corte, la deformabilidad, la fracturación y la permeabilidad del macizo rocoso.
Estos estudios permiten realizar análisis de estabilidad de las excavaciones mineras, diseñar sistemas de sostenimiento adecuados, evaluar la necesidad de drenaje de agua subterránea, entre otros aspectos.
En resumen, el macizo rocoso es el medio en el que se desarrolla la actividad minera y su conocimiento es esencial para garantizar la seguridad y el éxito de las operaciones.
