Si la subrasante de un pavimento es altamente «cohesiva», esto puede tener tanto ventajas como desventajas.
En primer lugar, la cohesión puede ayudar a proporcionar una mayor resistencia y estabilidad al suelo, lo que es beneficioso para la construcción de pavimentos.
Sin embargo, la alta cohesión también puede hacer que el suelo sea más difícil de trabajar y compactar, lo que podría requerir equipos y técnicas especiales.
Para adaptar la subrasante de un pavimento con suelo altamente cohesivo, se pueden considerar las siguientes acciones:
- Investigación geotécnica: Realizar un estudio geotécnico detallado para caracterizar adecuadamente el suelo y determinar sus propiedades, como la cohesión, el ángulo de fricción interna y la capacidad de soporte.
- Compactación: Utilizar métodos y equipos de compactación adecuados para garantizar una densidad adecuada del suelo y mejorar su capacidad portante. Esto puede incluir el uso de rodillos vibrantes o equipos de compactación pesados.
- Mejoramiento del suelo: Si se requiere una mayor resistencia o estabilidad, se pueden utilizar técnicas de mejoramiento del suelo, como la estabilización química o mecánica. Estas técnicas pueden ayudar a reducir la cohesión y mejorar la capacidad de soporte del suelo.
- Drenaje: Si la alta cohesión del suelo está relacionada con la presencia de agua, es importante asegurarse de que haya una adecuada capacidad de drenaje en la subrasante. Esto puede implicar la instalación de sistemas de drenaje subterráneo o la construcción de pendientes adecuadas para facilitar el drenaje superficial.
En general, un suelo altamente «cohesivo» puede ser tanto bueno como malo, dependiendo de cómo se maneje y adapte a las condiciones de diseño y construcción del pavimento.
Es importante tener en cuenta las propiedades específicas del suelo y considerar las acciones adecuadas para garantizar una subrasante adecuada y duradera.