En la ingeniería geotécnica, el término «suelo cohesivo» se utiliza comúnmente para describir aquellos suelos que tienen cohesión entre sus partículas, como los arcillosos y limosos.
Sin embargo, es preferible utilizar el término «suelo de grano fino» en lugar de «suelo cohesivo» debido a que este último puede dar lugar a malentendidos.
La principal razón para evitar el uso del término «suelo cohesivo» es que la cohesión en los suelos no se debe únicamente a la presencia de arcilla o limo, sino también a otros factores como el contenido de agua, la estructura del suelo y la presencia de otros minerales.
Además, la cohesión de un suelo de grano fino puede variar considerablemente dependiendo de su contenido de agua y su historia de consolidación.
Ventajas de utilizar el término «suelo de grano fino» en lugar de «suelo cohesivo»:
- Precisión: El término «suelo de grano fino» describe de manera más precisa el tipo de suelo y evita confusiones relacionadas con la cohesión.
- Consistencia: Al usar un lenguaje técnico más preciso, se promueve la consistencia en la comunicación entre profesionales de la geotecnia.
Limitaciones de utilizar el término «suelo cohesivo»:
- Ambigüedad: El término «suelo cohesivo» puede ser interpretado de diferentes maneras por diferentes personas, lo que puede llevar a malentendidos y confusiones.
- Simplificación excesiva: El uso del término «suelo cohesivo» puede simplificar en exceso la comprensión de la complejidad y variabilidad de los suelos de grano fino.
Para obtener una comprensión más completa de las características y propiedades de los suelos de grano fino, le recomendaría estudiar la clasificación y el comportamiento de los suelos, como la plasticidad y la compresibilidad.
Además, las normas técnicas y los manuales de geotecnia son fuentes valiosas de información para comprender los términos y conceptos utilizados en la disciplina.